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¿Cuál es la causa más habitual de los incendios que destruyen patrimonio histórico?

A una semana del incendio de Notre Dame, cuando falla la prevención y se desata un fuego como el de París, los expertos lamentan la falta de cultura de la seguridad

Las “negligencias o fallos humanos”, junto con los “fallos en las instalaciones eléctricas obsoletas”, además de la “incidencias ocurridas durante trabajos de mantenimiento y limpieza” aparecen como las causas principales en el origen de la mayoría de los siniestros que afectan a conjuntos, elementos y edificios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Una semana después del grave incendio que destruyó, el pasado lunes 15 de abril, gran parte de la catedral de Notre Dame de Paris, entre estos orígenes podría encontrarse la causa principal del siniestro, según viene informando la prensa francesa a partir de los datos de la Fiscalía de la capital gala.

El error humano y el fallo eléctrico, a menudo relacionado con trabajos de rehabilitación y restauración,
suelen aparecen como desencadenantes principales de este tipo de percances, tal y como recoge el Manual de Protección contra Incendios en Museos, Archivos y Bibliotecas editado por el grupo español de Ciudades Patrimonio de la Humanidad con el apoyo del Ministerio de Cultura.

El agua, el humo y el polvo, además del fuego, son aliados perfectos para la destrucción de obras de arte y edificios patrimoniales en los siniestros que, según las principales compañías aseguradoras, tienen en los incendios la mayor causa de pérdidas irreparables en recintos históricos y artísticos.

Actuar cuando no existe el riesgo cero

En declaraciones a La Vanguardia, Jesús Alcantarilla, presidente de Asociación para la Protección del Patrimonio Histórico, proclama que es un “hecho incuestionable que el riesgo cero no existe”. Sin embargo, frente a emergencias como las de Notre Dame, confirma que “las causas raíz del suceso suelen ser factores endógenos relacionados con la calidad de la cultura de la seguridad”.

Especialista en medidas de prevención y reacción ante catástrofes causadas por el fuego, Alcantarilla recomienda desconfiar “de la gran cantidad ‘expertos’ que surgieron en las redes sociales recomendando medidas” ante la tragedia de París.

Ante ello, expone que las palabras clave ante este tipo de incendios “son conocimiento y prevención ya que los factores desencadenantes pueden ser infinitos hechos, aparentemente insignificantes, que pueden provocar una tragedia”. Y muchas veces, insiste, ante “estos factores sólo caben la reacción y grandes dosis de suerte” para evitar la devastación de las llamas.

Todas las organizaciones dedicadas a la cultura de la prevención consultadas, entre ellas Protecturi, consideran prioritario que la protección del Patrimonio Histórico español debe desarrollarse, indica Alcantarilla, a partir de “un Plan Director de Seguridad que contemple un análisis exhaustivo de los sistemas, aparatos y dispositivos necesarios, entre ellos un Plan de Protección contra Incendios (PCI) y un Plan de Autoprotección (PAU)”.

Básicamente, desde la Asociación para la Protección del Patrimonio Histórico, se defiende que todo sistema de seguridad debe contemplar las siguientes medidas:

-Organizativas, determinadas a través del Plan de Seguridad, PCI y PAU.

-Tecnológicas, que establezcan los sistemas de detección y de extinción -detectores, extintores, bocas de incendios equipadas, mantas ignífugas, gases, alumbrado, señalización emergencia, y evacuación.

-Físicas, para establecer el comportamiento de las estructuras y materiales según el Código Técnico de la Edificación y el RIPCI (Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios).

-Informáticas, para mantener bajo control todos los riesgos relacionados son la información y la ciberseguridad.

-Personales, sobre la formación de los recursos humanos, la importancia de la preparación en emergencias y evacuación de os equipos profesionales involucrados.

La rutina, entre los riesgos y la amenaza

Ante toda esta planificación, Jesús Alcantarilla insiste en la necesidad de la prevención y una revisión constante de los sistemas de vigilancia y seguridad ante el peligro propio de la “rutina”. Así, advierte que “la rutina puede ser uno de los agentes más efectivos para activar una situación de riesgo y alimentar, de manera inconsciente, el apetito de riesgo”.

Entre los riesgos principales que son evaluados en los grandes edificios, equipamientos o monumentos considerados Patrimonio Histórico, que en el caso de España atraen a cerca del 20% del turismo de carácter cultural, destacan tres elementos básicos. Los expertos analizan las condiciones y la probabilidad de que se produzca un percance atendiendo que no hay riesgo menor; la frecuencia y reiteración de determinado riesgo por insignificante que sea y la magnitud de sus consecuencias sobre el bien a proteger.

Sistema de gestión de la protección del patrimonio cultural

El Sistema de Gestión de la Protección del Patrimonio Cultural (SGPPC) elaborado por Protecturi pretende ser un recurso de referencia para los agentes implicados en la conservación del patrimonio cultural nacional. El documento pretende que “la gestión de los riesgos patrimoniales debería formar parte del sistema de gestión general”.

Este SGPPC tiene como finalidad “la definición de políticas de seguridad y gestión de riesgos así como la selección de objetivos de control de seguridad adecuados y eficaces” y pretende “ser aplicable a cualquier tipo de organización y a aquellas modalidades de riesgos que no disponen de normalización específica para su gestión”.

Tal y como ha informado La Vanguardia a raíz del incendio de Notre Dame, el conjunto de las 93 catedrales existentes en España comparte unos planes específicos de protección derivados del Plan Nacional de Catedrales, firmado en 1997 entre el Ministerio de Cultura y la Iglesia Católica, que cuida de estos recintos patrimoniales pero que no incluyen medidas globales, unificadas ni integrales de lucha contra el fuego.

Por su parte, el Ministerio de Cultura y Deporte anunció el martes pasado, un día después del siniestro de París, la convocatoria de un Consejo de Patrimonio Histórico extraordinario, que tendrá lugar en Madrid el próximo viernes 26 de abril, para revisar la situación de los planes de salvaguarda de bienes culturales ante emergencias. Estos planes se enmarcan en el Plan Nacional de Emergencias y Gestión de Riesgos en el Patrimonio Cultural, aprobado en junio de 2014 en el Consejo de Patrimonio Histórico, y coordinado por el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE).

La última sesión ordinaria de este organismo tuvo lugar a principios de abril en Orense pero esta cuestión no fue tratada por falta de tiempo, según informa el propio Ministerio.

Por Xavier Grau para La Vanguardia

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