El director de seguridad en el patrimonio cultural. Antecedentes históricos
En base a la Ley y Reglamento de seguridad de los años 90, el director de seguridad era una figura jurídica considerada una especialidad del jefe de seguridad.
Figura jurídica que se convierte en “laboralmente regulatoria” tras la definición en el reglamento de los “sujetos obligados a disponer de un departamento y director de seguridad”.
Las funciones y transversalidad en las empresas del director de seguridad se agigantó a raíz de los ataques del 11-S en Nueva York, del 11-M en Madrid y del 7-J en Londres.
Pasando a ser una figura estratégica en las empresas, tal y como se desarrolla y consagra por su nuevo mapa de funciones definido en la Ley de infraestructuras críticas.
Para mayor ahondamiento de todo lo anterior, la Ley de seguridad privada 5/2014 y la Ley de seguridad ciudadana 4/2015, establecen un nuevo marco de actuación de los DS poniendo en valor dos conceptos jurídicos que le otorgan plenos poderes a los directores de seguridad para el desarrollo e implantación de los modelos y culturas de seguridad en el ámbito de sus empresas:
- “Las declaraciones responsables”
- «El principio de “reserva de Ley”
Principios de actuación que se vienen a consagrar tras las tres sentencias del tribunal superior del País Vasco fechadas en julio y septiembre del 2021 y los informes previos de la abogacía del estado que ya apuntaban en la misma dirección.
Presente
El borrador del futuro Reglamento de seguridad privada -publicado en el BOE en trámite de audiencia – amplia considerablemente el número de “sujetos obligados a disponer de medidas de seguridad”, y ello conlleva una ampliación de las funciones y responsabilidades de los directores y departamentos de seguridad.
De tal guisa que esta “figura regulatoria” pasa a quedar integrada “de facto y de iuire” en los Órganos de Dirección de las empresas en las que se encuentren integrados.
Asumir en una misma figura laboral la dirección y gestión de las medidas de seguridad (físicas, electrónicas, informáticas, organizativas y de protección de las personas), requiere ampliar conocimientos y obligan a formular un nuevo “pensum académico” en la formación de los directores de seguridad que es imposible acometer de manera seria en cursos universitarios de apenas 600 horas.
Así pues, es hora de ya de avanzar en la formación del grado universitario de seguridad que conduzca a la creación de una titulación universitaria clásica, al nacimiento de colegios profesionales y a posteriores estudios de licenciatura/grado/máster oficial, y doctorado en la materia.
Creemos que la estrategia nacional de seguridad impulsada por el departamento de seguridad nacional y el CNPIC deben ser los principales promotores de esta necesidad de formación universitaria reglada, que se nos antoja urgente ante la gravedad de las nuevas amenazas que afrontan las principales empresas y los estados más desarrollados.
El mundo cultural no es ajeno a la necesidad de contar con directores y departamentos de seguridad formados, equipados y organizados; pues a nadie se le escapa que España es un país que basa una parte importante de su riqueza en el turismo cultural – turismo que desea visitar con avidez nuestro inmenso patrimonio histórico – cuyo impacto en el PIB nacional se estima supera el 13% en el conjunto de la nación.
Futuro
Formación, formación, formación. Es decir, aprendizaje continuo, el reto mas importante al que nos tenemos que enfrentar, ya que al director de seguridad del 2022 se le debe demandar un perfil académico superior al actual.
Hacia un nuevo modelo de gestión
Los miembros de PROTECTURI consideran que el nuevo modelo de gestión en la seguridad del patrimonio cultural debe abordar cuatro segmentos:
EMOTIVIDAD / VINCULACICIÓN PROFESIONAL
- Acreditada vocación profesional y de servicio.
- Vocación de servicio/voluntad de servicio, dos factores incuestionable para el desarrollo de nuestra labor.
- Protocolos de actuación con los diferentes agentes implicados (instituciones, empresas de seguridad, empresas externas, fuerzas y cuerpos de seguridad, etc.)
FOCALIZACIÓN
Intuición innata e instantánea de los hechos importantes que requieren de prioridad absoluta en la respuesta.
- Los nuevos contextos de la seguridad en el patrimonio cultural, en relación a los tres componentes básicos: El «valor», el «protector» y las «amenazas».
- Potenciar la cultura de la seguridad y la seguridad en la cultura en nuestras instituciones.
- Desenmascarar en positivo el «rol» del director de seguridad (salir del armario).
- Seguir trabajando en minimizar el concepto «apetito del riesgo» en las instituciones. La seguridad es una inversión.
- Entender la formación como un recurso imprescindible para garantizar el impacto positivo de la labor de los responsables de seguridad.
- Profesionalizar la formación con estudios superiores (idiomas, historia del arte, ciberseguridad, estudio de las tecnologías disruptivas, compliance officer, RGPD, inteligencia, etc.)
- La necesidad de la especialización de la seguridad en el patrimonio cultural en su tres segmentos claves en una institución cultural:
- 1. La filosofía organizativa
- 2. El modelo de seguridad y protección. Gestión del riesgo
- 3. Propuesta metodológica del departamento de seguridad (activos, actividades, criticalidad, transversalidad e interdisciplinariedad en las instituciones, riesgos, amenazas, vulnerabilidades, nuevos modus operandi, traslados de obras de arte, mantenimiento, conservación, protección, restauración, registro, etc.)
- Focalización en la gestión de los equipos con parámetros técnicos y cohesionadores.
PROACTIVIDAD
- Avanzarnos en seguridad / inteligencia a los nuevos escenarios.
- Mejorar las medidas de seguridad actuales (recursos organizativos, seguridad física, tecnológica, informática, de seguridad personal).
- Implementar el código deontológico y buenas prácticas en el día a día.
RECONOCIMIENTO
- Convenios colectivos con una adecuada retribución económica.
- Revertir la imagen que del sector de la seguridad se proyecta en redes y en los medios de comunicación.
Jesús Alcantarilla
Presidente de Protecturi